domingo, 23 de enero de 2011

Es preciosa
una hoja en blanco
con su lisa superficie
pero vengo yo
y la ensucio
con bazofia escrita en verso
sin lagrimas que emborronen la tinta
sin humor ni gracia
que les de algun sentido.
Solo queda el reflejo
de una alma lisa y vacía
como una hoja en blanco
aunque a veces sea tempestuosa y brillante
y otras salvage e indomita
y lance dentelladas contra todo lo que crea sagrado.
Quiza este profucida en serie
en las escuelas-fabrica de esta sociedad
quiza, mi alma sería lisa y vacia
de haber nacido en los bosques con una lanza en la mano
cazando para vivir.


Hay tantas cosas que ignoro
y me siento tan desalenado y vacío
Solo con Raña me siento en ocasiones acompañado
y solo cuando Helena me clava sus aguijones,
comprendido.

Lei en una ocasión
que todo hombre tiende a creer que sus males son los mayores.
Quizá sea ese mi caso,
aunque yo al menos puedo vomitar mis penas sobre un papel
y emborronar su alma pura y blanca
porque,

Para los folios todo tiene sentido.
Simplemente, se dedican a ser blancos, puros y lisos
y cuando alguien los emborrona
puede seguir sintiendose inocentes.
Lo que hay escrito sobre ellos no es obra suya.
En cambio, el alma de un hombre
es completamente distinta.
Se retuerce y muta
Cambia de forma y de color.
Necesita encontrar su lugar,
su bando.
Aportarle algo al mundo,
y no le basa con permanecer blanca, pura y lisa.
No, lo peor
es que todo lo que haya escrito sobre un alma,
es plena responsabilidad del hombre que la lleva dentro
y ha de cargar con ella toda la vida,
muriendo.
Tiñendo almas a su paso,
y dejandose teñir por ellas.
Viviendo.

martes, 18 de enero de 2011

La humanidad

Eran tiempos muy malos,
los hombres entre ellos se mataban,
la palabra amor se habia olvidado,
la sinceridad, era entonces pecado.
Un gesto altruista,
una rareza,
los hombres tirados en la calle,
lo mas natural.
El fuerte devorando al devil
era su dogma.
La libertad no era nada
comparada con un videojuego,
con las rebajas.

Eran tiepos tristes,
pero la gente lloraba
cuando en el futbol perdian,
cuando un capricho no alcanzaban.

Las estrellas,
no se veian.
El cielo nocturno,
era negrura.
La luna estaba velada
por un manto de toxicas nubes
y las almas no se acercaban.
La dignidad.
¿A quien le importaba?
Los intangibles,
eran basura
y yo se lo decia,
gritaba:
-¡Lo estamos haciendo mal!
Pero no me escuchaban
porque llevaban auriculares.
Era mas importante su musica,
que lo que habia alrededor
que era solo llanto.

Y aunque no me creais,
os dire,
que al amanecer plomizo
ningun sol sonreia.
Ningun gato callejero
te daba clases de supervivencia.
Todo era higiene y pureza
en la basta ciudad derruida,
y os dire otra cosa
que un dia a mi me dijeron,
y es que el egoista asfalto
devoraba a pedacitos la biosfera,
aunque a nadie le importaba.
Pero os lo aseguro,
en aquel basto y derruido mundo,
yo la queria
la queria
la queria
la queria querer
la humanidad