miércoles, 22 de abril de 2009

estoi triste

Estoy triste.
Perdonad si esto es corto pero esqe ahora tengo que poner un par de ríos de pie, y Después tengo que coger un par de manzanas y suicidarme con ellas lo siento, estoy ocupado.

sábado, 18 de abril de 2009

esos ojos verdes

Ante el, hay una mujer, una mujer bellísima, con un vestido blanco, que flota a su alrededor, con el pelo de un color tan blanco, que casi parece azulado.
El cielo esta oscuro, el suelo, no es mas que negrura. Se acerca, se acerca, se acerca y no llega, miro al suelo, y ya no es negrura, es una pradera, de margaritas hierba húmeda, pero allí, entre todo aquello, encuentra una flor azul, la coje, y todo se inunda de luz.

Se despierta en su cama, pero, ¿Que es eso que guardas en tu puño cerrado?
¿No sera una flor azul? Si, lo es, lo es, y ademas sabes que es esa que recojiste en esa pradera, en ese sueño, si, lo es, ¿y ahora que? Aun es de noche, no se levanta, y se vuelve a dormir.
Esta volando, si, esta volando, sobrevuela montañas y valles, ríos, mares, bosques y desiertos, si esta volando, se sumerge en el mar, y respira el agua, Después, sube hasta el cielo, y coje una estrella, entonces, pierde las alas, y cae, cae, cae, cae, cae.

Se despierta en su cama, ¿pero, que es eso que guardas en tu puño cerrado?
¿no sera una estrella brillante? Si, lo es, lo es, y ademas sabes que es esa que cogiste en tu sueño, ¿Y en el otro puño? ¿no sera una flor azul lo que guardas en el otro puño? Si, lo es, pero aun es pronto, vuélvete a dormir, y se durmió.
Ahora camina, camina por un bosque, por un bosque exuberante, y escucha un grito, un grito que rasgo el cielo, un grito desesperado, un grito que destila furia, rabia, dolor, un grito que destila muerte. No puede evitarlo, se acerca, comienza a correr en la dirección de la que venia el grito, corre todo lo que le permiten sus piernas, y llega a un claro en el bosque, allí hay un lago, pero nada mas, allí no hay nadie. Se asoma al lago, y al principio no ve nada, pero al final, distingue entre la negrura de las aguas dos ojos verdes, nada mas que eso, solamente eso, dos ojos, de un intenso color verde, son solo eso, y sin enbargo son dos ojos suplicantes, dos ojos que le piden ayuda, dos ojos que emiten desesperación, dos ojos que están muriendo. -Tiendeme tu mano- Le dicen esos ojos, el lo va a hacer, pero se da cuenta de que no puede, tiene las dos manos ocupadas, en una lleva la flor azul, en la otra lleva la estrella, no puede ayudar a quien le pide ayuda.
Pero esos ojos siguen suplicándole, pero esta seguro, de que si suelta esa flor azul y esa estrella, los perderá para siempre, para siempre los perderá, y entonces ¿que podría hacer? No estaba dispuesto a renunciar a aquello que había encontrado en sus sueños, pero esos ojos verdes, se le clavaban, cada vez mas hondo, y su expresión de suplica, a medida de que se daban cuenta de que es no les iba a ayudar, pasaba a ser una expresión de ira, de odio, y esos ojos verdes se le clavaban, se le clavaban en lo mas hondo, como un puñal, y no le dejaban respirar, y esos ojos, esos ojos verdes, esos ojos, esos ojos de un verde cada vez mas intenso, cada vez mas verde, se iban sumergiendo, todo se volvió oscuridad, todo negro, y entonces solo existieron el, y esos ojos, que se iban hundiendo, cada vez mas, en ese lago, y se hundían, y a medida que se hundían su expresión iba cambiando del odio, a la desesperación, al miedo, y cada vez mas abajo, pero cada vez mas intensos, y a cada segundo esos ojos se le clavaban mas, pero el no podía soltar su estrella y su flor azul, pero esos ojos, esos ojos verdes, ya no había nada que hacer, y la expresión de los ojos cambio de nuevo, a la resignación, y justo antes de desaparecer en el fondo de ese lago, la expresión de los ojos, fue el mas puro reproche, fue, el odio, fue, la sed de venganza, y finalmente, esos ojos, esos ojos de un verde tan intenso que resultaba doloroso, desaparecieron en la oscuridad del agua.

Y despertó, estaba sudoroso, y se sobresalto, abrió sus puños y allí estaban, su preciosa flor azul y su estrella, apretó los puños y lanzo su preciosa flor azul y su estrella contra la pared que tenia enfrente, y entonces, lloro, lloro, lloro, hundió el rostro en la almohada, y lloro, y esos ojos, esos ojos verdes, ese odio ese reproche.
Se levanto, y se miro en el espejo, estaba despeinado, completamente desnudo y sudado, y entonces miro sus ojos, y grito, grito de miedo, de dolor, de rabia, grito. Había visto en ese espejo, unos ojos, unos ojos verdes, que le miraban con un odio inmenso, con un odio inmenso, con esa expresión, que solo otorga la sed de venganza, y el verde de esos ojos era tan intenso que le cegó, y no existió nada mas que sus ojos marrones, y esos ojos verdes, y se miraron, y se miraron, y ahora el que se hundía era el, se hundía, se hundía, y no podía respirar, y no podía, y esos ojos, esos ojos verdes, esa expresión de odio, de deleite, le pedía a gritos ayuda, y esos ojos permanecían impasibles, sosteniéndole la mirada, y negandole su ayuda, y se hundía, y se hundía, y nadie hacia nada, y iba a morir, y lo sabia, y ademas sabia que lo merecía, y se hundía, y esos ojos verdes, esos ojos verdes, esos ojos verdes, al final lloraron, como habían llorado los otros marrones, y lloraron, cuando ya no había nada que hacer, y entonces también lloraron los ojos marrones, y lloraron, y lloraron muriendo, y murieron llorando, y esos ojos verdes, que odiaron suplicaron, y al final, ya muertos, lloraron.